domingo, 7 de febrero de 2010

Memoria del Ocaso

En cualquier gran momento de la historia, bien sabemos que no todo está escrito… Hay personas, nombres, instantes que nunca nadie va a registrar. Nadie los va a pensar, y el que los pensó tal vez desaparezca en el tiempo… Ese 8 de febrero de 2007, quizá la memoria cedió lugar a otros nombres, a otros momentos de aquél invierno de principios de siglo XIX. Hubo quienes intentaron defender las ideas, tal vez por obediencia, o por obligación… tal vez por lealtad. Entre ellos había nombres anónimos que la historia no pudo retener en la memoria. Hay tiempos que se acaban, muchas veces cuando entran en su fin, la sangre tiñe el color de su ocaso. Nuestro país tuvo varios ocasos de tiempos que nos llevaron a ser quienes somos... En las últimas horas, antes de que fusilaran a Linieres en Cabeza de Tigre, quienes vivían en la casa de Alta Gracia seguramente se vieron afectados por el suceso. Por eso se instalaron personajes en un hecho ficticio que se enmarca durante ese momento. El público recorre el Museo y observa a través de los personajes lo que tal vez podría haber ocurrido entre esos muros que guardan parte de nuestra identidad.

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